Recuperar el equilibrio como Nación
Resulta de una claridad contundente para la comprensión de cómo funciona el viejo paradigma político, todavía dominante en nuestra sociedad, leer a Jaime Duran Barba, principal asesor de nuestro actual gobierno. El pensamiento de Jaime se puede trasladar al resto de los sectores políticos más votados por la ciudadanía en nuestro país, no es solo propiedad del oficialismo, ni tampoco de este tiempo histórico.
Dice Jaime hablándole a los candidatos: “El voto no se decide por lo que ustedes piensan. Ninguna de las cosas importantes de un ser humano se definen por lo que uno piensa. Todo lo importante en la vida se define así: ustedes no son católicos porque leyeron el Corán. Tampoco porque leyeron los libros de Confucio. Nada de eso. Ustedes se hicieron católicos, y después averiguaron en que hay que creer. Son relaciones de sentimiento. Como candidatos acuérdense de esto: los electores deben quererlos, no entenderlos. Si lo entienden, no sobra, pero no es importante. Lo vital es que les crean: deben decir, “este tipo parece un ser honesto, este tipo parece que puede solucionar mis problemas. Es un ser apreciable”. Si ustedes no toman en cuenta esto pueden perderse. Que los comprendan es central” (i)
Después de leer estas reveladoras declaraciones, resulta una obviedad concluir que Jaime, así como el resto de os asesores de los partidos mayoritarios, le piden a sus candidatos lo siguiente: no importa que sus electores piensen, lo importante es que ustedes les generen una dependencia emocional de tal magnitud que ellos los defiendan y justifiquen sin importar lo que ustedes verdaderamente piensan, sienten y hacen. Lo que verdaderamente importa es la imagen que ustedes pueden armar y mostrar de ustedes mismos.
Leyendo a G.I. Gurdjieff o a P.D. Ouspensky, encontraremos que una de sus principales enseñanzas para la evolución consciente del ser humano, radica en comprender y trabajar la necesidad de lograr el equilibrio entre nuestros tres principales centros: el intelectual, el emocional y el motor o instintivo. Lograr ese equilibrio para nuestra vida cotidiana es fundamental al momento de tomar decisiones conscientes.
Si Uds. se ponen a observar con detenimiento a la mayoría de las personas de su entorno, llegarán a la conclusión que siempre uno de esos tres centros predomina por sobre los dos restantes. ¿Cuántas personas conocen que reaccionan de manera instintiva? ¿Cuántas personas conocen que toman decisiones de manera emocional? ¿Cuántas personas conocen que son mentales, a tal punto de guardar o esconder sus sentimientos y emociones? ¿Qué centro predomina en ustedes al momento de tomar una decisión? Una vez finalizado dicho repaso mental, se darán cuenta que tomar decisiones sin este necesario equilibrio nos lleva a cometer muchos errores.
Si observásemos al pueblo argentino como un único organismo vivo, podríamos ver que su centro emocional (sentir) funciona de manera predominante en la mayoría de las grandes decisiones tomadas, generando un claro desequilibrio respecto de los otros dos centros (pensar y hacer). Haciendo un breve repaso histórico de nuestras últimas décadas de historia, comprenderemos un poco más acabadamente que como pueblo hemos tomado la mayoría de nuestras principales decisiones desde el centro emocional. Peronismo, antiperonismo, década del 70, dictadura, guerra de Malvinas, kirchnerismo, antikirchnerismo. Fíjense que lugar tenía la emocionalidad en la defensa y justificación de dichas decisiones, llevadas en la mayoría de los casos a niveles de fanatismo extremo y con ausencia casi absoluta del pensar racional. Si volvemos un poco mas profundo dicho análisis comprenderemos los grandes errores cometidos y como todas esas decisiones han retrasado la evolución y el crecimiento de un país que según los analistas extranjeros tiene absolutamente todo para ser una gran nación.
Concluyendo ¿Podemos decir que el famoso “sentimiento argentino” es un claro desequilibrio emocional que tenemos como pueblo, utilizado hábilmente por quienes buscan llegar al poder o mantenerse en el mismo? ¿Podemos decir que la mayoría de las decisiones tomadas en las últimas décadas como nación desde nuestro centro emocional nos han generado sufrimiento y retraso evolutivo?
Creo que resulta de vital importancia que como pueblo podamos lograr este necesario equilibrio pensar-sentir-hacer, para que nunca más nadie pueda manipularnos. Necesitamos dirigentes políticos que no utilicen nuestro talón de Aquiles para ganar elecciones. Necesitamos recuperar esa coherencia interna para tomar aquellas decisiones correctas que nos hagan desarrollar en paz y de manera consciente. Necesitamos la construcción de un nuevo paradigma político.
Seba Fernández
24 de Julio 2017
(i) https://www.clarin.com/politica/coran-confucio-ganarle-cristina-ultimas-lecciones-duran-barba-candidatos-cambiemos_0_B1R1CSW8Z.html