Consumo, luego existo
En la actualidad, en la sociedad de consumo, hemos pasado a buscar nuestra expresión a través de lo que compramos. A diferencia de otras épocas y sociedades, en Occidente y los países globalizados u occidentalizados, hemos arribado al sumum de nuestro modelo de civilización a través de aumentar nuestra capacidad de consumo. Esto revela implícitamente un fondo filosófico de que “somos lo que tenemos” o “somos lo que consumimos”, aunque no hayamos reparado en ello.
Pocas veces nos detenemos a reflexionar el motivo del “porqué compramos lo que compramos”. ¿Te lo has preguntado alguna vez? ¿Compras cosas que realmente necesitas y las ves como “instrumentos” o las compras por otros motivos, como “fines en sí mismas”? ¿Te sientes más importante al comprar y tener más cosas? ¿Te sientes más seguro/a al comprar más cosas?
Sin embargo, debido a las crisis económicas últimas en occidente (Argentina 2001/2, EEUU 2008, España 2008-2014, Grecia-Irlanda-Portugal 2010, etc.) y a una suerte de innovación en la economía debido a las redes sociales, comienza a surgir en la actualidad una alternativa novedosa: el “consumo colaborativo”. Esta forma nueva de consumir utiliza medios alternativos al comprar/pagar para resolver nuestro consumo: trueque, préstamos, regalos y sobretodo el “compartir”. No obstante, lo más revolucionario de estas prácticas no es el “ahorrar costos” sino el hecho de que el consumidor comienza a darse cuenta que “no necesita un taladro sino un agujero en la pared” (como lo explica Rachel) y esta situación le abre un gran abanico de nuevas soluciones. Rachel Botsman nos lo explica muy bien en su disertación TED “En Defensa del Consumo Colaborativo”:
Finalmente, sea por las crisis económicas, sea por la innovación de las redes sociales sumado al comportamiento hipertecnológico de las llamadas generaciones Y (o también “millenials”) y la generación Z (o “nativos digitales”), también nos lleva a un replanteamiento del lugar que ocupa el consumo en nuestras vidas y a redefinir nuestras búsquedas existenciales en occidente más allá de lo que meramente “compramos”.
Sobre el impacto de las redes sociales en el consumo puedes ver este video “Tendencias en el consumo del 2013 al 2035” por Martín Traverso (quien escribe este artículo):
¿Cómo puedo replantear mi consumo?
- Chequear de estar comprando sólo cosas necesarias, sino, preguntarse el motivo.
- Recordar que “no necesitamos el taladro sino el agujero en la pared”, ser más creativos para resolver nuestras necesidades: practicar más el consumo colaborativo.
- Buscar reconocimiento por vías sanas: por tu trabajo, servicios voluntarios en tu comunidad o tu lugar en la sociedad. “Lo que das” más que las cosas que puedas “tener” o “consumir”.
- Desprenderse de cosas que no utilizas ayuda a alivianarte y a poner a girar esas cosas en el flujo de la economía colaborativa (por trueque, préstamo, compartir o regalo).
En el consumo colaborativo no sólo resolvemos nuestro consumo, sino que la mayoría de las veces, ganamos nuevos amigos. ¡Te invito a probarlo!
Sitio recomendado: www.consumocolaborativo.com
Martín Traverso
www.economiaconsciente.info