Como es adentro es afuera
Empoderamiento interno para manifestar el nuevo orden que se avecina.
Un sistema social, político y económico es la manifestación institucional externa de como una sociedad se organiza y se relaciona colectivamente, es el resultado de las creencias, del pensar, sentir y hacer de la mayoría de los seres humanos que interactúan en dicho sistema. Un sistema es un reflejo del orden interno de cada uno de los seres humanos que interactúan en él.
Las grandes crisis en la historia de la humanidad (como lo fueron las grandes depresiones económicas, las guerras, los desastres naturales o las pandemias) transformaron de manera directa nuestra estructura de pensamiento individual y cómo consecuencia transformaron los sistemas sociales, políticos y económicos que resultan de dichas estructuras de pensamiento. Para corroborarlo basta con hacer un breve repaso de las últimas grandes crisis y observar cuales fueron las nuevas instituciones sociales, políticas y económicas que se crearon y manifestaron luego de las mismas. A modo de ejemplo basta ver el surgimiento de la ONU y un planeta dividido en dos bloques luego de la segunda guerra mundial y el “New deal” y algunos regímenes totalitarios luego de la gran depresión del 30.
Si observamos hoy en pleno desarrollo de la crisis desatada por el Coronavirus (COVID 19) cuales son los puntos donde más estamos sufriendo como humanidad nos daremos cuenta de cuales son aquellas ideas, formas y pensamientos que el sistema debe modificar si o si para evolucionar y volver a brindarle a la sociedad un nuevo orden, toda vez que siempre después de un gran caos desatado por una gran crisis sobreviene un nuevo orden.
La vida es continuo movimiento y nada, absolutamente nada puede mantenerse estanco, inmóvil, sin mutación alguna. Todo organismo vivo tiene su proceso de creación, auge, caída y destrucción. Y los sistemas y las formas organizativas de la sociedad también son organismos vivos de algún modo, porque están ideados, diseñados y ejecutados por organismos vivos y tienen su proceso de creación, auge y caída.
Hoy queda claro que nada volverá a ser como fue. Querer aferrarse a viejas formas, estructuras y modos de pensar resultará demasiado doloroso y sin sentido.
Existe una ley de correspondencia universal que establece “como es adentro, es afuera, como es arriba es abajo”. Cómo decía en un principio, los sistemas de organización que se da una sociedad son el fiel reflejo de la suma de creencias de sus individuos (como es adentro de los individuos es afuera en sus estructuras organizativas).
Y si la crisis disparada por estos meses sabemos que va a decantar en una nueva manifestación externa organizativa, las preguntas que deberíamos hacernos hoy serían ¿quienes están pensando y diseñando ese nuevo orden, esas nuevas instituciones? ¿Como estamos pensando y sintiendo cada uno de nosotros este nuevo orden interno que luego se manifestará en lo externo? ¿Estamos permitiendo que el miedo sea motor creador de nuestro nuevo orden interno que se comenzará a manifestar una vez finalizada la crisis desatada por la pandemia? ¿Vamos a dejar que otros piensen y diseñen el nuevo orden social aceptando nosotros dichas reglas que posiblemente nos lleven a mas control, mas encierro y mas desigualdad? ¿O vamos a volver a soñar en grande y crear nosotros desde la fe, el amor y la abundancia nuestras propias reglas? ¿Cómo te gustaría que fuese la economía? ¿Cómo te gustaría que fuesen tu salud? ¿Cómo te gustaría relacionarte con los otros y que los otros se relacionen con vos? ¿Cómo te gustaría que fuese la educación de tus hijos y su futuro en este plano?
Soltar los apegos, los miedos y comenzar a manifestar desde el corazón y en plena consciencia estas nuevas realidades sin dejar que otros las piensen y las manifiesten por nosotros es la clave.
Avanzar hacia lo nuevo sin miedo y actuando desde lo más profundo de nuestro corazón, manifestará un nuevo orden social, político y económico mucho más justo y equitativo. No cedamos mas nuestro poder de creación por miedo. Logremos conectar con lo que verdaderamente somos cada uno de nosotros y no permitamos que otros nos digan como deberíamos ser y que cosas deberíamos hacer. Que nueva normalidad salga de nuestras mentes y corazones, no de los deseos de dominio y sometimiento de unos pocos.
Confiemos en nosotros. Tengamos fe. Seamos coherentes. Que el nuevo paradigma sea el fiel reflejo de nuestros corazones.
Seba Fernández. Mayo 2020.